Antonio Luque: "Que nadie piense que tengo la razón siempre"

Entrevista Crazyminds
¡Menos samba!, el último disco de Sr. Chinarro, nos ha parecido la excusa perfecta para robarle a Antonio Luque media horita de su agenda llena de entrevistas y charlar con él. ¿De qué? Pues de eso de que él ya veía venir esto de la crisis desde 2006, aunque lo llamaran loco. De la llamativa portada del álbum y lo reivindicativo de sus letras. De si sigue todavía en esa "etapa alegre" de la que tanto se habla. De la industria, los festivales y también de su nueva novela, Exitus. Y todo sin cortarse un pelo: "Yo me mojo siempre desde un punto de vista personal cuando a lo mejor no tendría por qué hacerlo. Lo que sí pido es que nadie piense que tengo razón siempre".



Menos samba... y más trabajar, si completamos la frase. Te lo has tomado al pie de la letra. Casi 20 canciones y ya se habla de material nuevo. ¿Qué ha pasado? La crisis, además de agudizar el ingenio, ¿inspira?

Puede ser, sobre todo si te dedicas a dar un mensaje. Parece que hace falta que alguien diga a los demás cómo son las cosas, y eso que yo no soy político ni predicador. Pero podría ser una forma de enviar un mensaje al público y también a la industria, que siempre anda especulando con el cuándo, el cómo y el por qué. Yo sólo hago canciones y cuantas más haga, mejor. Pero es verdad que hay ciertos sectores de la sociedad que quizás deberían trabajar con más ahínco. Que todo el mundo se dedique a trabajar con ganas en aquello que sepa hacer. Es un buen mensaje. Y yo me mojo desde un punto de vista siempre personal cuando a lo mejor no tendría por qué pringarme. Pero tengo claro que, durante mucho tiempo, la mayoría de la gente ha pensado que lo teníamos todo hecho simplemente por ser de Europa y no es así.


Empezando por el exterior: ¿Cómo surgió la portada del disco? De "presidente" has pasado a ser jefe de una república bananera. ¿Había que imponerse para que pilláramos el mensaje?

Es la primera portada con forma de cómic que hago, la primera en la que salgo yo también, aunque sea convertido en un dibujo, y en un ambiente de guerra algo profético. Hay una relación entre las dos portadas, la de Presidente y ésta, que obviamente he encontrado yo nada más. En Presidente había un señor trajeado con una nube en la cabeza. Es un cuadro que se llama El miedo. Después del miedo, uno tiene que ponerse manos a la obra, trabajar unidos, y no destruyéndose entre sí, si queremos encontrar una manera de salir de ésta. A lo largo de la historia hemos visto que los grandes conflictos siempre se han resuelto del mismo modo: con una guerra estúpida que lo destruye todo y vuelta a empezar. Más o menos, esa era la idea que le di a José Pablo García, el diseñador de la portada, y la pilló al vuelo, así que vi claramente que la haría él.

Parece una forma de demostrar que tú ya veías venir todo esto desde hace tiempo…

Y desde antes. De alguna forma, en 2006 ya se veía claramente. Había colas en todos los bares y a todas horas para comer, gente que en verano ganaba 1000 euros y tenía coches de 30.000, que compraba pisos vacíos para especular... Eran comportamientos que yo veía y cualquiera podría pensar que era un capullo, que cada uno puede hacer lo que quiera con su vida y su dinero. Caímos en la trampa y ahora unos señores malvados van a aprovechar para sacarnos.

Has visto entonces el momento perfecto para recuperar algunas de estas canciones que se grabaron hace años, ¿no?

Con algunas canciones siempre pasa. Entre las que quiero grabar ahora en septiembre en Madrid también hay algunas que vienen de lejos. Unas te molan pero hay algo que no termina de cuajar, que piensas que el grupo puede hacerlo mejor o que tienes que mover la velocidad, cambiar una frase que te molestaba y no te dabas cuenta… Y de pronto un día… Me acuerdo el verano pasado en El Cañuelo (Nerja), después de siete u ocho días sin beber nada de alcohol, me dio un arrebato de lucidez extrema y cogí todas las canciones, las arreglé, hablé con Marc en Valencia y las grabamos.

También hay otra cosa que nos pasa a los grupos de música y es que no opina uno solo, somos varios. Ves lo que te dicen los compañeros y tú intentas prestarles atención porque, al fin y al cabo, ellos tienen que tocar las canciones. A unos les gusta una, el otro dice que la odia, se la enseñas a otro colega músico y flipa… Y claro, llega un momento en el que dices "Iros todos a tomar por culo, las vamos a grabar todas así porque son mías y luego la gente que escuche las que quiera".

Hasta 15 músicos han participado en este ¡Menos Samba! Entre ellos, La Habitación Roja. Acostumbrado a lo mejor como estabas a tocar tú mismo todos los instrumentos en un disco, ¿cómo ha sido la experiencia?

Hace tiempo ya que no lo hago yo todo, desde El ventrílocuo de sí mismo. Con el bajo soy bastante aceptable, pero un bajista siempre es mejor. Para eso están los músicos, para contar con ellos. Es como componer música, que hacerlo a cuatro manos a mi me parece muy difícil, a no ser que el reparto esté muy claro y uno haga la letra y el otro la música. Para poner en pie unas canciones necesitas a los músicos. Y luego, a la hora de los arreglos creo que lo mejor es delegar. A veces se me ocurre alguno y lo ideal sería tener tiempo en el estudio para probarlo. Aunque lo ideal de verdad sería que no hiciera falta ninguno.

Aquí se acabó el cripticismo de las letras, que muchas veces se ha comentado y no sé realmente hasta qué punto te preocupa, pero sí has reconocido alguna vez que has intentado hacerte entender, ¿no? ¿Hasta qué punto hace caso uno a lo que dice el público?

No es por lo que diga el público. En los conciertos te das cuenta de lo que gusta. Hombre, puede haber dos o tres chavales que echen de menos alguna de las canciones antiguas. Y puedo tocar una, dos, tres canciones antiguas. Ahora vamos a recuperar algunas. Pero la realidad es que a ese tipo de conciertos iba muy poca gente porque muchos no entendían las letras. Aunque también es cierto que yo escucho ahora canciones de Vetusta Morla o Love of lesbian y tampoco entiendo de qué van. O canciones de Bob Dylan, que tiene uno que interpretarlas. Es algo que se ha hecho siempre en la música y yo lo sigo haciendo. No es que me preocupe, ahora lo que pasa es que no me da corte decir las cosas y que se me entienda, algo que me pasaba en los 90 porque hacía pocos bolos y no tenía costumbre de cantarlas.

¿Se ha acabado la etapa alegre, de la que también se ha hablado mucho, de Sr. Chinarro?

Yo creo que eso son cuestiones de hojas de promoción, que los periodistas ponéis, que usan los blogs y que por el funcionamiento propio de la red –el corta y pega y la pereza– se acaba extendiendo. Hay unos temas más alegres y otros menos alegres. Creo que eso ha pasado con todos los discos de Sr. Chinarro.

Tampoco se va a quedar uno siempre en la misma etapa, sería muy aburrido…

Un músico no tiene por qué cambiar por narices, puede hacer lo que le venga en gana. Para eso hemos elegido este lugar en la sociedad. No vamos a seguir los dictados de nadie, pero también tenemos que tener en cuenta que luego tiene que ir gente a los conciertos, si no te tienes que dedicar a otra cosa. Tampoco se trata de seguir un plan trazado, pero no volvería atrás para vivir lo que ahora viven los grupos de chavales que empiezan.

Hablando de grupos que empiezan, ¿cómo ves la industria de la música? ¿Es verdad eso que dicen de que es un negocio que ya no es negocio para nadie?

Sigue siendo un negocio, pero es una pena que en España no se haya alcanzado el nivel de Inglaterra o Francia, donde vas y todavía tienen tiendas de discos. El otro día escuchábamos decir a los políticos que España es un país supersolvente, casi que España va bien. A Telefónica le va bien, claro. Recuerdo cuando salió Myspace, que todos nos apresuramos a poner nuestras canciones gratis y contábamos las visitas que teníamos como si fueran dólares. Al final hemos terminado volcándolo todo ahí, en esa caja tonta de última generación que es el ordenador a cambio de nada. No sé qué oscuras intenciones nos llevaron a ponerlo todo en manos de Telefónica pero, está claro que una parte del negocio se nos ha ido de las manos. ¿Cuántas discográficas han desaparecido gracias a empresas como Spotify y no nos hemos enterado? Porque al final, muchas veces, el músico acaba siendo el último en enterarse.

En cuanto a los conciertos… la gente va a conciertos, pero no a muchos. Suelen ir más a festivales. Y aquí de nuevo pienso en las oscuras intenciones que habrá detrás para conseguir que los chavales ahorren si quieren ver a tal grupo. Desde luego no digo que no quieran ver a los grupos que dicen que quieren ver. Pero me pregunto si irían igualmente sin el aliciente de la acampada, el ambiente, estar fuera de casa tres o cuatro días…

En las entrevistas hablas de la industria de la música, de política, de fútbol… ¿Hay algún tema sobre el que digas "En esto no me meto"?

Creo que si me pusiera a hablar estrictamente de mi labor como hacedor de canciones y hablara de letras y acordes sería muy aburrido y la gente no leería las entrevistas que hago. Así que aprovecho que me preguntan de otras cosas para contar algo interesante. Y aunque a veces hasta me hacen las mismas preguntas, las respuestas van cambiado porque todos los días no pienso lo mismo sobre determinada cuestión. Lo que sí pido es que nadie piense que tengo que estar en lo cierto siempre. Son opiniones personales y no quiero molestar a nadie.

Ahora puedes hablar también de libros con la salida de tu nueva novela, Exitus.

Sí y mira que la terminé hace tiempo. Pensaba que el proceso iba a ser más rápido: se escribe un archivo de texto, se envía y se publica. Pero no, fue muy largo y pesado. Planteé el argumento ya en 2009, sobre un chico que se queda huérfano, no sabe dónde va a dormir y tiene que buscarse la vida. Tiene algo del espíritu de los Indignados, esa edad, que yo ya la perdí, –la edad y la indignación– pero también tuve que buscar dónde cobijarme porque no volvería con la familia.

Sr. Chinarro graba discos y Antonio Luque escribe novelas. ¿Tienes problemas de personalidad en algún momento?

No, porque Sr. Chinarro siempre será el grupo, cuando voy a Sevilla y grabo con ellos. Y aunque el grupo cambie y vaya a grabar a Valencia, somos Sr. Chinarro. Es un equipo. Aunque las canciones que voy a grabar en Madrid las he grabado yo solo con mi ordenador y las he colgado en Bandcamp, también es Chinarro, pero no será Sr. Chinarro del todo hasta que no las estrenemos en directo.


----------------------------

Entrevista de Silvia Tinoco para Crazyminds.



0 comentários

¿Me dejas tu opinión? Gracias